¡¡¡ Amadas y odiadas…las palomas domésticas !!!

Dentro de nuestro proyecto BIOED, abordamos hoy uno de nuestros tabús la Paloma doméstica. Cuando hablamos con cualquier persona relacionada con la construcción para explicarles las bondades de nuestro proyecto nos sacar a relucir la Paloma en el primer minuto de charla. Es un problema que afrontan muchos constructores y la reacción a ello es blindar los edificios para todas las aves y murciélagos. Como muchas veces ocurre pagan justos por pecadores…si es que las Palomas han pecado en algo. Veamos un poco su historia.

La paloma bravía es la especie de la que han derivado las palomas domésticas que habitan en nuestras ciudades y pueblos. La especie silvestre es un ave de mediano tamaño, de unos 33 cm de altura, 65 cm de envergadura y unos 350 gr de peso y es de color gris pizarra con irisaciones verdosas y rosáceas en el cuello y con el obispillo blanco. Las formas domésticas tienen gran variedad de tamaños y colores.

 

 

El hombre decidió domesticar a la paloma hace aproximadamente 10.000 años, en la revolución agrícola del neolítico. Hubo un tiempo en el que tener una capilla y un palomar era un símbolo de estatus. Cada palomar podía acoger aproximadamente 100 parejas. Los excrementos se utilizaban como abono y los pichones como alimento.

Normalmente forman grandes colonias de cría, pero también se ven parejas diseminadas cuando se inicia la colonización de un lugar para ir aumentando año tras año si el lugar es idóneo. Son monógamas, tienen pareja estable. En las ciudades se pueden reproducir durante todo el año, dándose casos de hasta 5 nidadas en un año, aunque con especial intensidad en primavera y otoño. Cada nidada está integrada por 2 huevos, alguna vez 1 y muy rara vez 3, de color blanco. Al mes de nacer, ya son capaces de abandonar el nido y son capaces de reproducirse a los 6 meses de edad.

Es muy longeva, puede superar los 20 años, por lo que acumulan gran experiencia gracias también a su buena memoria.

En las ciudades pueden ser beneficiosas por la cantidad de desperdicios que retiran de las calles, sin embargo, en lugares donde se concentra una colonia, producen muchas molestias: ruido de arrullos de adultos y de pollos, suciedad, atascos de canalones, roturas en tejados, pero sobre todo, sus excrementos, que pueden provocar el deterioro de edificios, monumentos o estatuas, ya que son muy corrosivos.

Los lugares originales de nidificación de las palomas son los acantilados rocosos, en los cuales encuentran las cavidades donde ubicar los nidos. En pueblos y ciudades se refugia y reproduce en agujeros, huecos, tejados y terrazas de edificios, no sólo en los habitados, sino también en los que están en ruinas y otras construcciones abandonadas. La similitud que ofrecen los edificios de las ciudades con los lugares originales de nidificación hace que estos sean seleccionados positivamente por las palomas, en especial aquellos edificios más antiguos y que son los que presentan las cavidades y agujeros más indicados para la nidificación.

En las iglesias pueden utilizar cualquier hueco o cornisa para ubicar sus nidos, incluso en el suelo. Suelen colonizar campanarios, torres y bajocubiertas. La proliferación de individuos y la acumulación de excrementos, se produce cuando los propietarios o responsables del edificio, no realizan el control de la reproducción y las labores de limpieza adecuadas.

Se suelen aplicar medidas de gestión matando las palomas que hay en la ciudad, pero sólo se consigue que vengan las de la periferia a reemplazarlas; palomas que no podían entrar en la ciudad por la competencia interespecífica, lo hacen al desaparecer dicha competencia (Sol y Senar, 1991). Otros estudios indican que si se elimina 1/4 de la población, la colonia puede recuperar su densidad original en menos de 24 meses, e incluso aumentarla. En Barcelona, por ejemplo, la empresa que se encarga de los descastes de palomas ha sacrificado más de 227.000 palomas en 15 años y sin embargo la población ha aumentado un 95%.

En las iglesias se opta por cerrar herméticamente las estancias y de este modo, los propietarios o responsables, evitan tener que realizar controles y limpiezas. Esta medida, no selectiva, perjudica a las palomas y a otras muchas especies, algunas de ellas en peligro de extinción, de un modo indirecto por pérdida de lugares de reproducción y en algunas ocasiones, incluso directo, causando la muerte por inanición a individuos que quedan atrapados dentro.

TEXTO BASADO EN: Illana A. & Paniagua D. 2011. Análisis del impacto, sobre la fauna silvestre, de la rehabilitación de edificios utilizados como refugios.

 

 

PROYECTO BIODIVERSIDAD en EDIFICIOS

 

INSTITUTO ALAVÉS DE LA NATURALEZA-ARABAKO NATUR INSTITUTUA

 

Financiación aportada por EROSKI a través de la conciencia medioambiental ciudadana de Vitoria-Gasteiz.