Día de las aves en Ordunte, en los confines de Bizkaia

El 8 de octubre se celebró el ya longevo “Día de las Aves”, que viene sirviendo de excusa ininterrumpida al IAN, desde hace más de veinte años, para organizar algún tipo de evento con el que promocionar y difundir la observación de aves. En esta ocasión nos fijamos en Ordunte, una sierra de moderada altitud a caballo entre Bizkaia, Burgos y Cantabria, que prolonga la Cordillera Cantábrica o extiende los Montes Vascos, según se mire.

Ordunte, junto con los montes de Ranero y Armañón, cierran y custodian el valle de Karranza, el más occidental de Bizkaia y uno de los más particulares desde el punto de vista cultural y natural. Karranza quedó al margen de la ocupación industrial y la forestación masiva con pino radiata y eucalipto, típicas del resto de Bizkaia. Mantiene un paisaje rural, con predominio de las praderas y setos en las zonas bajas, y bosques de encinas, robles y hayas en las laderas de los montes. Nos fijamos en Ordunte porque este territorio está siendo objeto de un proyecto LIFE+ que pretende ayudar a compatibilizar los usos tradicionales, ganaderos y forestales, con la conservación de varios elementos valiosos incluidos en este espacio de la red Natura 2000, como la turbera de Zalama, los trampales y los bosques. Estos últimos albergan una nutrida representación de aves forestales, incluyendo rapaces escasas como el azor, y recientes colonizadores como el picamaderos negro. Las poblaciones de rapaces carroñeras de Karranza, buitres leonados y alimoches, están entre las más estimables del País Vasco, y también son objeto de seguimiento cuidadoso. Hay que reconocer, sin embargo, que en nuestra excursión por el hayedo de Balgerri,

el más extenso que pervive en Bizkaia, las aves pasaron a un segundo plano por obra y gracia de nuestro acompañante local, Miguel Sabino. Difícil encasillar a Sabino en una categoría cerrada: etnógrafo, naturalista, fotógrafo, arqueólogo, lingüista, historiador, divulgador… Agradecemos mucho que compartiera con nosotros sus vastos conocimientos sobre Karranza, así como al personal del centro de información de la Zona Especial de Conservación de Ordunte y Armañón que nos atendió durante la visita guiada al mismo.

 

 

 

Texto: José María Fernández
Fotos: José María Fernández y Carolina Larrosa