FRACKING en Alava: Hurto a la transparencia

La Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) es un procedimiento instaurado por la Ley para evitar y/o prevenir el impacto ambiental de numerosas actuaciones en el medio ambiente. Implica la presentación de los datos del proyecto, de un estudio de afecciones ambientales, de la exposición pública de ambos documentos y la posibilidad de que organismos, asociaciones y particulares argumenten defectos, carencias o aspectos indebidamente estudiados.

Finalmente se produce la resolución de la administración ambiental correspondiente, que conlleva además la repuesta a las alegaciones formuladas. Con sus defectos y la permeabilidad a las presiones del promotor de la obra, que es quien encarga y presenta el informe, y la, en ocasiones, discrecionalidad del órgano resolutorio, sirve para informar a la sociedad civil, favorecer la transparencia en la actuación de las Administraciones y detectar (y a veces remediar) impactos no incluidos en el estudio.
Estos días, el IAN se ha visto sorprendido por el anuncio de la instalación de dos torres de perforación en Subijana de Álava, de forma inminente. En este caso nuestra primera y única referencia han sido los medios de comunicación y una vez ya aprobado. ¿Qué es lo que ha ocurrido?

En este proyecto de fracking (extracción -en este caso de gas- que se ve facilitada por la fractura hidráulica, es decir por la introducción en el subsuelo de agua) se ha producido una excepción poco frecuente que hace saltar todas las alarmas en cuanto a transparencia y participación pública. Tras una consulta previa con instituciones (la Diputación de Álava constituye una llamativa excepción), entes y asociaciones, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MMARM) decidió no someterlo al procedimiento EIA.

Aunque se trata sólo de pozos de prueba, no se debe perder de vista las dimensiones de la “prueba”. El BOE cita algunos elementos: captación de agua del acuífero de Subijana (no se dice cuánta), posible construcción de una tubería de 2.200 metros para trasladar el agua hasta los pozos, creación de balsas para los lodos de perforación, instalación de quemado de gas en las torres, generadores de gran potencia… No es pues un sondeo cualquiera. ¿Ha habido acaso antes en Álava sondeos a más de 5 kilómetros de profundidad?
No se citan todos los productos que se añadirán al agua de inyección. ¿Cuáles son? A nivel internacional se reconoce que buen número de los productos utilizados se consideran tóxicos para los humanos.

Por último hay impactos reconocidos:
– un impacto temporal sobre el paisaje;
– una reducción del acuífero de Subijana;
– alteración en la calidad del aire;
– “Existirá un incremento en el riesgo de contaminación de suelos y de aguas subterráneas por filtración accidental”;
– no se conoce la composición final de los lodos;

– éstos “se inertizarán (…) para ser trasladados a un vertedero autorizado” con lo que se admite que puedan no ser inertes.


Aunque la decisión de no someter a evaluación estos dos pozos es del MMARM, no se puede eximir de responsabilidad al promotor SHESA (empresa pública vasca) y al propio Gobierno Vasco, que si bien anuncia el máximo respeto ambiental, bien podría haberse empleado más a fondo para asegurar la transparencia. Sorprende más aún el desarrollo de este tipo de proyectos de exploración: en septiembre de este mismo año el MMARM ha otorgado nuevos permisos.

Viendo el desarrollo del fracking en otros países hay cuatro motivos principales de preocupación, todos relacionados directamente con la salud: el secretismo sobre los productos químicos a usar, el consumo de ingentes cantidades de agua, el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas y el riesgo que acarrea la gestión del agua contaminada que vuelve a la superficie sin contar los motivos adicionales relacionados con pozos concretos. En estas circunstancias privar de la debida EIA a esta actuación solo se puede entender como un miedo a la transparencia y a la participación.
Texto: Jaime Ortiz de Urbina
Fotos: Leire Diaz de Gereñu eta Iratxe Covela
Artículo publicado en el Correo del  28-10-2011 con ligeros cambios.

3 comentarios sobre “FRACKING en Alava: Hurto a la transparencia”

  1. En Nueva York, tenemos el mismo problema, Fracking!
    Quisiera poder pedir documentación en relación a un análisis del aquífero en los alrededores de los pozos, antes de que los pozos sean explotados. Así se pudiera establecer una base para calibrar la contaminación después de la explotación de los pozos. Al EVE hay que demandarles estos análisis de aqua, antes de que empleen el método Fracking.

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