El observatorio del Bird Center es sin duda el mejor lugar de avistamiento de la marisma, y hemos pasado un rato entre los telescopios y cámaras, entretenidos en la observación de tanta avifauna: silbones, rabudos, cucharas, azulones, agachadizas, gallinetas, avefrías, zampullines… En primer plano, los comederos estaban también repletos: herrerillos, verderones, carboneros, lúganos, jilgueros… cientos de pajaritos.

Hemos comido en las mesas de fuera, nuestros bocatas y uno de esos bizcochos de Susan que parecen venir directamente del cielo. Después de comer, un cafecito, que los adictos no perdonamos.

Desde la curva de Kanala, bajo el olor de las mimosas, el paisaje de la marisma es una pasada. Hemos vuelto a desenvainar los telescopios para volver a observar a la pescadora, esta vez desde más cerca, y a un colimbo grande.

Y para finalizar Aitor nos ha llevado a ver las instalaciones, ya desmanteladas, de cría de los pollos importados de águila pescadora. Nos ha explicado tan bonitamente todos los entresijos del proceso, que nos hemos quedado prendados de las historias de Txuriko, Roy, Livingston… ¡Estaremos atentos a sus noticias en los próximos meses!