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Cacyreus marshalli, Butler 1898

Cacyreus marshalli Butler 1898, sobre Pelargonium peltatum Vitoria-Gasteiz, 20 de noviembre de 2011. (foto: ©José Sebastián Estévez)

Hoy es 20 de noviembre y las temperaturas excesivamente benignas que estamos teniendo durante las últimas semanas en el norte de la península ibérica, hacen posible que aún mis jardineras estén floridas de geranios. El follaje de estos luce verde y sano, lo que me alegra enormemente. Lo normal a estas alturas, es que ya se encuentren marchitos por el frío y las heladas de Vitoria-Gasteiz, pero apenas ha helado en lo que llevamos de mes. Esta circunstancia, preocupante por una parte por lo que significa, me ha dado la oportunidad de ver y disfrutar aún de una mariposa muy particular, de un pequeño licénido originario de África austral y que aún revolotea por mis tiestos.

 A priori, podría parecer inverosímil, que una mariposa africana pudiera resistir nuestro clima a estas alturas del año, pero estamos teniendo un último tercio de año excesivamente cálido en Vitoria. Además, la especie “ha venido para quedarse”.

Entre los especialistas ya no hay ninguna discusión en considerar a Cacyreus marshalli como especie de nuestra fauna. Yo mismo la vengo observando desde el año 2006. Y año tras año, cada vez es más abundante en nuestras balconadas y jardineras urbanas.

La especie se detectó en la península Ibérica por primera vez a finales de los ochenta y desde entonces se ha citado en muchas localidades. Cada año va ampliando su distribución, y aunque está ligada a especies de los géneros Geranium y Pelargonium ornamentales, o lo que es lo mismo, a nuestros pueblos y ciudades, el salto a la naturaleza es cuestión de tiempo. Sobre todo, teniendo en cuenta que aún no tiene enemigos naturales como en su lugar de origen, donde la frenan parasitoides y hongos. Por si esto fuera poco, nuestra amiga es polivoltina, lo que nos puede dar una idea de las muchas posibilidades que tiene para sobrevivir. Es decir, el adulto pone el huevo en los geranios, las larvas se internan en los tallos y capítulos florales de la planta para alimentarse y desarrollarse, salen de ellos para crisalidar y posteriormente emerge el imago para volver a empezar el ciclo. Así hasta cuatro o cinto veces al año. Por lo tanto no es extraño observarla en nuestra latitudes desde principios de primavera hasta avanzado noviembre ininterrumpidamente.

Es considerada una plaga por los jardineros. Por internet podéis encontrar mucha más información.

Tallos de Pelargonium zonale con orificios de salida ocasionados por larvas de Cacyreus marshalli (foto: © José Sebastián Estévez)

Los machos y las hembras son externamente iguales. Anverso de color marrón oscuro sin marcas excepto un punto negro orlado de blanco en las alas posteriores, junto a la base de la cola. Con fimbrias ajedrezadas en los bordes exteriores de las alas. Reverso pardo claro con un intrincado dibujo de franjas oscuras y claras que la mimetizan con el entorno cuando está posada. Envergadura alar de 20 a 28 mm.

La especie pasa nuestros inviernos introducida en los tallos  de la planta huésped en forma de larva o enterrada en el suelo en forma de crisálida, esperando que las temperaturas sean favorables para emerger. De esta forma se perpetúa año tras año en nuestras macetas.

Así que ya lo sabéis, si veis revoloteando y/o posándose a una  pequeña mariposa de color pardo sobre vuestros geranios, se tratará casi seguro de Cacyreus marshalli.

LA LECHUZA Y EL NATURALISTA

El día 16 de octubre tuvo lugar la actividad ‘La lechuza y el naturalista’. El objetivo era por un lado dar a conocer la estrecha relación que la une al naturalista y, por otro lado,saber un poco más sobre sus hábitos y los principales problemas a los que se enfrenta en
la actualidad.

 

La Lechuza común (Tyto alba) es una especie con una distribución muy amplia en el territorio. Sin embargo, no utiliza todos los hábitats por igual, ya que generalmente evita los ambientes forestales y también los de altitud elevada. Típicamente, se encuentra más ligada a zonas humanizadas, a áreas agrícolas, a campiñas, a pueblos e incluso ciudades. Por este motivo y por su costumbre de utilizar edificios para cobijarse y nidificar, la lechuza es un ave bien conocida a nivel popular.

 

En la actualidad, sin que pueda hablarse de especie amenazada, no es tan común como antaño. Escasea o ha desaparecido del interior de las ciudades y pueblos mayores, y en el ámbito netamente rural cuesta cada vez más detectar lugares ocupados por lechuzas.

 

Tradicionalmente las lechuzas se han instalado en edificios (iglesias, viviendas aisladas, casas abandonadas, graneros) que tuvieran acceso fácil a través de tejados, cubiertas o muros, y les proporcionaran tranquilidad para el reposo diurno y la cría. La renovación y restauración de muchos de estos edificios conlleva el cierre de huecos y aberturas, lo que imposibilita a las lechuzas seguir utilizándolos. De esta forma, las parejas tienen que buscar otro lugar donde vivir, donde posiblemente sean más vulnerables frente a predadores o frente al acoso humano.

 

La lechuza es uno de los mejores aliados del investigador que desea conocer la composición de la fauna de micromamíferos de una localidad. Es muy costoso estudiar este tipo de animales, pero la lechuza ejerce como involuntario ayudante en esta tarea, ya que regurgita los restos no digeribles de sus presas en forma de pequeñas bolas llamadas egagrópilas. Y éstas contienen cráneos y mandíbulas que pueden ser fácilmente identificados, de manera que la vía más rápida y eficaz para averiguar qué especies de ratones, topillos y musarañas viven en una localidad es buscar un posadero de lechuza, recoger sus egagrópilas y analizarlas.

 

La actividad comenzó por la mañana. El día amaneció gris, pero a pesar de ello un grupito de socios y socias del IAN se animaron y bicicleta en mano recorrimos variospueblos próximos a Vitoria, haciendo paradas en las iglesias para detectar habitantes no humanos. En primer lugar paramos en Yurre, donde pudimos observar que la iglesia estaba habitada al menos por el Cernícalo vulgar, del cual encontramos algunas egagrópilas. Una mujer del pueblo nos comentó que la lechuza también andaba por allí, aunque nosotros no encontramos ningún indicio en el exterior de la iglesia. Luego seguimos hasta Aranguiz, donde descubrimos una enorme iglesia con mucho encanto, con las paredes cubiertas de hiedra y multitud de recovecos para la fauna. Seguimosdirección Foronda y llegamos hasta la iglesia de Artaza de Foronda, donde encontramos un posadero de Lechuza y pudimos recoger varias egagrópilas; también observamos egagrópilas de Cernícalo vulgar. De esta manera pudimos comprobar las diferencias de tamaño, forma y tipo de contenido de cada egagrópila, lo que nos sirve para saber a que especie pertenece. Después de un merecido descanso volvimos a Vitoria, pedaleando mucho más rápido que a la ida debido a la lluvia que comenzaba a caer.

 

Por la tarde se realizó un taller para analizar las egagrópilas de la lechuza y aprendera identificar su contenido. En primer lugar se disgregaron en seco las egagrópila con ayuda de pinzas, separando las estructuras óseas de las presas consumidas. Posteriormente se seleccionaron los cráneos y mandíbulas de los micromamíferos, a través de los cuales pudimos ver las diferencias que existen, en especial en las piezas dentarias entre ratones, topillos y musarañas. Para ello se utilizaron lupasbinoculares y unas claves de determinación apropiadas. El contenido estaba compuesto principalmente de micromamíferos, pero también pudimos comprobar la presencia de aves depredadas.

 

Texto y fotos: Nerea Ruiz de Azua

Apatura ilia (Denis & Schiffermuller 1775) – Primera cita en los humedales de Salburua (Vitoria-Gasteiz)

 

Los pasados días 29 y 30 de mayo, varios socios del I.A.N asistimos a un taller de introducción a la entomología, concretamente de lepidópteros, en el centro de interpretación Ataria del Parque de Salburua.

Particularmente me acerqué con la intención de saludar a mi colega y amigo Ibón de Olano, del Museo de Ciencias Naturales de Álava, que es el especialista que impartía el curso. También tenía interés por saber que otras personas asistíamos a un evento de estas características.

Conversando sobre el trabajo que el investigador había realizado en Salburua en 2005, le indiqué que, en su dia, había capturado un Ninfalidae que él no citaba en su trabajo. Por indicios, el entomólogo, incluía la posible aparición de otras dos especies de mariposas: Papilio machaon Linnaeus, 1758 [Papilionidae] (por encontrarse su planta nutricia en el biotopo estudiado) y Apatura iris Linnaeus, 1758 [Nynphalidae] (esta otra por “haber sido avistada” por entomólogos en los parques de Vitoria-Gasteiz).
 
Papilio machaon ya se citó con posterioridad en el 2007; La segunda no ha sido citada hasta la fecha.El caso, es que Apatura iris y Apatura ilia son dos especies muy parecidas, y de no poderlas observar con detenimiento cuando están posadas, con una buena foto macro o capturarlas, se hace muy difícil la determinación de visu.
Podría ser que Ibón fuera influenciado por la identificación de sus colegas y porque Apatura iris es más abundante que Apatura ilia. O tal vez no. Tal vez la identificación de los entomólogos fuera correcta y simplemente no se imaginaba que Apatura ilia pudiera aparecer en el parque.
 
Certeza de la cita.-
El ejemplar de Apatura ilia(Denis & Schiffermuller 1775) confirma que esta mariposa se encuentra en el parque de Salburua. Esta es la segunda localidad de Álava y la tercera para la CAPV en la que se encuentra este lepidóptero. Ver nota científica de S.E.A.
 
Mariposa rara en nuestra latitudes.-
La especie está considerada como muy rara, principalmente por el hecho de que los imagos vuelan por encima de las copas de los árboles y son difíciles de observar. Salburua incrementa con esta el número de especies de lepidópteros.
 
 

Se trata de un Ninfalidae de la subfamilia Apaturinae de tamaño grande entre 60 y 70 milímetros. Escamas de color pardo oscuro. Ocelos en las alas anteriores, y en los extremos posteriores internos de las alas posteriores, con una orla de color naranja. Banda transversal blanca y otras máculas blancas dispersas. El anverso de los machos tiene la particularidad de refractar la luz, concediéndoles un reflejo tornasolado de color azul-púrpura.

Citada del sur y centro de Europa hasta Asia, en la Península Ibérica se encuentra en la zona norte de forma muy dispersa, siendo más abundante en los Pirineos, Cataluña y bastante dispersa en Asturias, Galicia y norte de Portugal.

Tiene un vuelo rápido y poderoso y está relacionada con bosques de ribera de entre 300 y 800 metros. Vuela de finales de junio a agosto, en una generación anual.

Tienen afición por sustancias líquidas: Savia vegetal, limos del suelo, excrementos e incluso el sudor de animales. Gracias a esta característica, la mariposa, desciende de las copas de los árboles en donde se encuentra la mayoría del tiempo, y permite su observación en el suelo.