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Minimaratón Ornitológico a Pie

Han pasado ya siete años desde que el 7 de mayo de 2017 un jilguero inaugurara en el parque de Arriaga el listado de la primera edición del minimaratón ornitológico a pie que organiza el IAN (https://www.ian-ani.org/minimaraton-ornitologico/). Desde entonces, y con la interrupción obligada por la pandemia, hemos ido repitiendo esta actividad cada primavera, de manera que el pasado sábado 11 de mayo tuvo lugar la séptima edición del evento.

En esta ocasión el destino fue la Rioja Alavesa, con una ruta entre las lagunas de Laguardia y las riberas del Ebro en Lapuebla de Labarca, la misma que ya recorrimos en la edición de 2019 (https://www.ian-ani.org/minimaraton-ornitologico-a-pie/). En aquella ocasión detectamos un total de 65 especies de aves, ¿seríamos capaces de superar esta marca?

Tras quedar a las 7:30 en Vitoria, los trece componentes del equipo llegamos a la balsa de El Prado de la Paúl a las 8:30 y rápidamente nos enfrascamos en la tarea de detectar, por la vista o por el oído, a las diferentes aves del entorno. En una mañana de primavera de buen tiempo como la que disfrutamos, el guirigay de cantos y voces hacía a veces complicado separar unas especies de otras, pero rápidamente iba creciendo la lista desde la primera –el ruiseñor común– a la número veinte –el carbonero común–. Tras una larga temporada sin agua por las obras de acondicionamiento recientemente finalizadas y la posterior escasez de lluvias, la balsa de El Prado ofrecía un buen aspecto, con amplias extensiones de aguas someras que parecían muy prometedoras para la avifauna. Más aún cuando la intervención de que ha sido objeto ha supuesto la erradicación de las poblaciones de dos especies exóticas y muy perjudiciales, como la carpa y el cangrejo rojo. Sin embargo, tal vez como consecuencia de que su llenado había sido muy reciente, la lista de aves acuáticas fue bastante magra, con solo dos especies de limícolas, dos de anátidas, un zampullín chico y una solitaria garza real. A pesar de todo, abandonamos este humedal con 43 especies y nos dirigimos con buen ánimo a las lagunas naturales de Carravalseca, Carralogroño y Musco.

Allí nos esperaba una nueva decepción, porque en estas zonas húmedas eran patentes las consecuencias de la prolongada sequía que sufre la Rioja Alavesa. Estaban prácticamente secas y la avifauna acuática brillaba por su ausencia. Pero tocaba continuar, y emprendimos la larga caminata que, por el bien señalizado trayecto del Camino Ignaciano, nos llevaría a las riberas del Ebro. Aunque la hora era ya tardía y el viento molestaba más de la cuenta, la lista de especies fue aumentando sin parar, y algunas de ellas nos dieron una verdadera alegría. En primer lugar, un inesperado ejemplar de buitre negro que puso la cuenta en 51. Pudimos ir viendo también las especialidades de la comarca, como el bisbita campestre, el alcaudón común, la terrera común o el roquero solitario. Pero las estrellas de la jornada fueron una familia de curruca rabilarga, una especie muy abundante en la Rioja Alavesa hasta hace unos años pero que hoy día resulta difícil de ver y, sobre todo, las numerosas collalbas rubias que se exhibieron ante nosotros a lo largo de la ruta y que se dejaron observar a placer.

Así que llegamos al mirador del Risco, en Lapuebla de Labarca, con 60 especies en la lista, y en el Ebro añadimos al cormorán grande, la garceta común y el avión roquero. En el pueblo se sumó la tórtola turca y en los sotos del Ebro el agateador europeo y la corneja. Y finalizamos la jornada con sensaciones fuertes: un impresionante ejemplar de búho real que se dejó ver a plena luz del día en los cortados sobre el Ebro y, ya a punto de recoger, una preciosa garza imperial volando parsimoniosa sobre el río se lució ante nuestros ojos cerrando la cuenta en 68 especies. Son las siguientes:

  1. Ruiseñor común
  2. Serín verdecillo
  3. Chochín
  4. Pinzón vulgar
  5. Jilguero
  6. Verderón común
  7. Milano negro
  8. Vencejo común
  9. Estornino negro
  10. Mirlo común
  11. Avión común
  12. Cetia ruiseñor
  13. Zarcero políglota
  14. Papamoscas gris
  15. Paloma doméstica
  16. Escribano soteño
  17. Golondrina común
  18. Aguilucho lagunero
  19. Curruca capirotada
  20. Carbonero común
  21. Gorrión común
  22. Cigüeñuela común
  23. Focha común
  24. Chorlitejo chico
  25. Garza real
  26. Paloma torcaz
  27. Oropéndola
  28. Ánade friso
  29. Águila calzada
  30. Curruca cabecinegra
  31. Ánade azulón
  32. Buitre leonado
  33. Pito ibérico
  34. Pardillo común
  35. Busardo ratonero
  36. Lavandera blanca
  37. Zampullín común
  38. Carricero común
  39. Petirrojo
  40. Mosquitero ibérico
  41. Papamoscas cerrojillo
  42. Urraca
  43. Abejaruco europeo
  44. Colirrojo tizón
  45. Cernícalo vulgar
  46. Gorrión chillón
  47. Abubilla
  48. Escribano triguero
  49. Tarabilla europea
  50. Bisbita campestre
  51. Buitre negro
  52. Cuervo
  53. Alcaudón común
  54. Perdiz roja
  55. Collalba rubia
  56. Terrera común
  57. Abejero europeo
  58. Curruca rabilarga
  59. Cogujada común
  60. Roquero solitario
  61. Cormorán grande
  62. Garceta común
  63. Tórtola turca
  64. Agateador europeo
  65. Avión roquero
  66. Búho real
  67. Corneja
  68. Garza imperial

Como curiosidad, este año fueron cinco las especies que observamos por primera vez en estas siete ediciones: el abejero europeo, el buitre negro, el búho real, el alcaudón común y el papamoscas cerrojillo. De esta manera, asciende a nada menos que 124 especies el total registrado en los minimaratones que han tenido lugar hasta ahora.

Foto de Grupo – Foto: Josean Gainzaraín

Una edición más, esta actividad nos dejó a todos con muy buen sabor de boca y con momentos irrepetibles que perdurarán en la memoria mucho tiempo. Ya queda menos para la siguiente.

Abejero europeo – Foto: Tito Herrero
Buitre negro – Foto: Tito Herrero
Cigüeñuela común – Foto: Tito Herrero
Curruca cabecinegra – Foto: Tito Herrero
Curruca rabilarga – Foto: Tito Herrero
Garza imperial – Foto: Tito Herrero
Terrea común – Foto: Tito Herrero
Águila calzada – Foto: Tito Herrero

 

Minimaratón Ornitológico a Pie

          Un año más llevamos a cabo esta actividad, que consiste en la detección –por la vista o el oído– del mayor número posible de  especies de aves en un tiempo determinado y desplazándose exclusivamente a pie. Tras dejar un coche en Salburua, los trece participantes nos desplazamos a Okina en cuya plaza dimos inicio al maratón apuntando las especies más ligadas al ser humano: gorriones, golondrinas y vencejos comunes. Seguimos aguas abajo el curso del Ayuda y montamos el telescopio con el objetivo de detectar aves de roquedos, pero nos tuvimos que contentar con el buitre leonado (22), el cuervo (23) y el avión roquero (26). Estaba la mañana fría y con el cielo encapotado, lo que probablemente contribuyó a que las aves no mostraran mucha actividad.

        Volvimos sobre nuestros pasos para regresar al pueblo, donde vimos volando sobre el río una lavandera cascadeña (27) y un ánade azulón (28). En Okina tomamos la ruta del GR-38 hacia el norte y en los pastizales cercanos al puerto se sumaron especies de hábitats abiertos como el cernícalo vulgar (33) o la alondra totovía (34). Dedicamos un buen rato a disfrutar del escribano cerillo (31), una especie muy común hasta hace unos años que hoy resulta cada vez más difícil de encontrar en Álava. Emprendimos a continuación la bajada por la cara norte de los Montes de Vitoria y pudimos disfrutar de la belleza de los hayedos que cubren estas laderas. Desafortunadamente, fallaron la mayoría de los especialistas forestales y solo añadimos al carbonero garrapinos (35) y al zorzal charlo (36). No quisieron hacerse notar el picamaderos negro, ni el trepador azul, ni el herrerillo capuchino ni el carbonero palustre; ni siquiera conseguimos sumar al listado a especies tan comunes como el arrendajo o el pico picapinos.

          No iban bien las cosas cuando paramos a comer en Ullibarri de los Olleros, aunque un lejanísimo alcotán nos permitió llegar a las 40 especies. Parte del grupo tuvo que volver a Vitoria a atender diversos compromisos y el resto emprendimos la larga caminata que, primero por los cultivos al noroeste de Ullibarri, luego por los quejigales del entorno de la cima de El Paletón (749 m) y después atravesando los pueblos de Gámiz, Otazu, Arkaia y Arkaute, nos llevaría hasta los humedales de Salburua. Hubo que sufrir un poco para recorrer todo este itinerario, sobre todo porque las nuevas especies seguían apareciendo con cuentagotas. Podemos destacar un milano real en Otazu que nos sobrevoló a muy baja altura (49) y una cogujada común en los solares de Arkaiate cantando suspendida en medio del cielo (54). La cogujada fue precisamente la última especie detectada antes de las balsas, a las que llegamos bastante cansados y no muy animados porque, después de más de 20 km de esfuerzo, esperábamos haber sumado más de la modesta cifra de 54 especies.

       Pero las balsas, espectaculares con la masiva floración de los lirios amarillos, estaban a rebosar de aves y la lista fue creciendo a enorme velocidad. En el observatorio de los Fresnos y su entorno el somormujo lavanco hizo la especie número 60, el rascón europeo la 70 y la gallineta común nada menos que la 80. Ya en el observatorio de las Zumas observamos una garza real (81), y un lejano andarríos chico que nos permitió alcanzar las 82 especies. Superamos así nuestro particular récord, que en 2021 establecimos en una ruta similar a la de esta ocasión pero comenzando en Aberasturi. Tocaba todavía ir a Okina a recuperar los coches con la mente puesta ya, primero en poder descansar cuanto antes, e inmediatamente después en el recorrido del próximo año.

MINIMARATÓN ORNITOLÓGICO A PIE IAN
OKINA-SALBURUA 7 de mayo de 2023

  1. Golondrina común
  2. Gorrión común
  3. Jilguero
  4. Vencejo común
  5. Colirrojo tizón
  6. Cuco común
  7. Paloma torcaz
  8. Zorzal común
  9. Escribano soteño
  10. Verdecillo
  11. Mirlo común
  12. Reyezuelo listado
  13. Curruca capirotada
  14. Pinzón vulgar
  15. Petirrojo
  16. Mosquitero ibérico
  17. Chochín
  18. Pito real
  19. Corneja
  20. Agateador común
  21. Carbonero común
  22. Buitre leonado
  23. Cuervo
  24. Herrerillo común
  25. Busardo ratonero
  26. Avión roquero
  27. Lavandera cascadeña
  28. Ánade azulón
  29. Estornino negro
  30. Mito
  31. Escribano cerillo
  32. Verderón común
  33. Cernícalo vulgar
  34. Alondra totovía
  35. Carbonero garrapinos
  36. Zorzal charlo
  37. Escribano triguero
  38. Paloma doméstica
  39. Urraca
  40. Alcotán europeo
  41. Lavandera boyera
  42. Tarabilla común
  43. Lavandera blanca
  44. Acentor común
  45. Cistícola buitrón
  46. Mosquitero papialbo
  47. Codorniz común
  48. Aguililla calzada
  49. Milano real
  50. Milano negro
  51. Cigüeña blanca
  52. Tórtola turca
  53. Zarcero políglota
  54. Cogujada común
  55. Cetia ruiseñor
  56. Cigüeñuela común
  57. Ánade friso
  58. Focha común
  59. Ánsar común
  60. Somormujo lavanco
  61. Carricero tordal
  62. Cuchara común
  63. Aguilucho lagunero
  64. Combatiente
  65. Zampullín común
  66. Cerceta común
  67. Garcilla bueyera
  68. Porrón moñudo
  69. Avión común
  70. Rascón europeo
  71. Porrón europeo
  72. Espátula
  73. Gaviota reidora
  74. Gaviota patiamarilla
  75. Garceta común
  76. Correlimos menudo
  77. Chorlitejo grande
  78. Archibebe común
  79. Garceta grande
  80. Gallineta común
  81. Garza real
  82. Andarríos chico

 

Minimaratón Ornitológico

El domingo 29 amaneció soleado y sin viento, un día estupendo para emprender una nueva edición del minimaratón ornitológico del IAN. Nos reunimos once personas, la mayoría habituales en esta actividad, y tras dejar un coche en Mendíjur, nos dirigimos a Marieta, donde comenzamos el recorrido. Un año más, el objetivo era detectar, por la vista o el oído, el mayor número de especies de aves, una manera de descubrir la riqueza ornitológica de nuestro entorno y de practicar en la identificación de estos animales.

Foto: Josefa González de Zárate

Un arrendajo nos sobrevoló mientras preparábamos las mochilas, dando comienzo al conteo. Mientras subíamos a la ermita de Santa Marina atravesando los magníficos robledales de la zona, fuimos registrando una tras otra diversas especies forestales, además de una confiada ardilla que, aunque no se agregó a la lista, nos hizo pasar un buen rato disfrutando de sus acrobacias. Ya en las laderas del Albiturri se sumaron varias aves propias de espacios abiertos, como la tarabilla común, el pardillo o la alondra común. De regreso a Marieta por la vertiente opuesta del valle, nos sorprendió el potente canto de un picamaderos negro, que siempre es una de las especies estrella de la lista, y que puso el contador en 28. Pero la protagonista de la jornada vino poco después: una curruca rabilarga que, entre las argomas, nos permitió apreciar a corta distancia su plumaje y su peculiar silueta. Es este un pajarillo en clara regresión y cuya presencia es hoy día casi excepcional en la zona media de Álava, de manera que para varios participantes fue la primera vez que observaban a la especie, y lo pudieron hacer a placer.

Foto: José Antonio Gainzarain
Foto: Marivi Corres

De vuelta en Marieta, la golondrina común hizo subir la cuenta a 40 especies, y cuando llegamos a las orillas del embalse de Ullibarri, el ánade azulón la situó en 49. Tras comer un bocado con los sentidos alerta (un carricero común se sumó en ese rato), cruzamos el embalse por el antiguo acueducto y comenzamos a rodear su perímetro por Azua y los entrantes de Lubiano. Un alcotán y tres alimoches adultos animaron el paseo, además de un buen número de especies acuáticas que nos hicieron llegar a 72 especies en Urizar, donde volvimos a atravesar el embalse por el paso de la ataguía para dirigirnos a los observatorios de Mendíjur. En este último tramo de la actividad, añadimos ánsar común y águila calzada, pero el rato que empleamos en el observatorio de Los Carboneros en escudriñar las aguas del embalse no fue nada productivo. Especies como el zampullín común o la gallineta común faltaron a la cita, de manera que una codorniz común oída por parte del grupo mientras los conductores iban a Marieta a recuperar los coches cerró la lista con 75 especies. Una buena cifra que, no obstante, no alcanza a las 81 que logramos apuntar el año pasado. No importa, todos estamos deseando volverlo a intentar en 2023, más aún después de disfrutar con la hospitalidad de Maite en Ozaeta, un colofón inmejorable para esta actividad que se va consolidando año a año.

Foto: Marivi Corres

Estas fueron, en orden de aparición, las especies registradas:

  1. Arrendajo común
  2. Reyezuelo listado
  3. Mirlo común
  4. Curruca capirotada
  5. Cuco común
  6. Cigüeña blanca
  7. Gorrión común
  8. Petirrojo
  9. Lavandera blanca
  10. Pinzón vulgar
  11. Chochín
  12. Colirrojo tizón
  13. Herrerillo común
  14. Pico picapinos
  15. Mosquitero ibérico
  16. Zorzal común
  17. Paloma torcaz
  18. Mosquitero papialbo
  19. Jilguero
  20. Carbonero garrapinos
  21. Agateador común
  22. Trepador azul
  23. Bisbita arbóreo
  24. Milano negro
  25. Milano real
  26. Zorzal charlo
  27. Carbonero común
  28. Picamaderos negro
  29. Pardillo común
  30. Corneja
  31. Busardo ratonero
  32. Tarabilla común
  33. Cuervo
  34. Pito real
  35. Alondra común
  36. Curruca rabilarga
  37. Alondra totovía
  38. Buitre leonado
  39. Acentor común
  40. Golondrina común
  41. Vencejo común
  42. Urraca
  43. Verderón común
  44. Serín verdecillo
  45. Mito
  46. Zarcero políglota
  47. Escribano triguero
  48. Cetia ruiseñor
  49. Ánade azulón
  50. Focha común
  51. Gaviota patiamarilla
  52. Somormujo lavanco
  53. Alcotán europeo
  54. Ánade friso
  55. Carricero común
  56. Garcilla bueyera
  57. Estornino negro
  58. Alimoche común
  59. Garza real
  60. Gaviota reidora
  61. Cormorán grande
  62. Paloma doméstica
  63. Avión común
  64. Avión zapador
  65. Lavandera boyera
  66. Escribano soteño
  67. Carricero tordal
  68. Pato colorado
  69. Garceta común
  70. Garza imperial
  71. Cernícalo vulgar
  72. Porrón europeo
  73. Ánsar común
  74. Águila calzada
  75. Codorniz común