(http://ian-ani.blogspot.com/2007_06_01_archive.html). En 2008, el Gobierno de Navarra a través de su iniciativa Birding Navarra es quien ha corrido con la promoción y realización. Los maratones ornitológicos son, básicamente, competiciones por equipos con el objetivo de identificar el mayor número de especies posibles, que cuentan con tradición y adeptos en el mundillo de los observadores de aves. Aunque las bases son sustancialmente idénticas de unos a otros (suele haber tiempo limitado a 24 horas) el carácter diferencial de éste radica en que no pueden utilizarse vehículos: es decir, desde el inicio hasta el final, los participantes sólo pueden desplazarse a pie. Esto añade a los condicionantes habituales en el resto de maratones (planificación detallada del itinerario, aprovechamiento máximo del tiempo, perfeccionamiento de las dotes de observación y perseverancia, etc.) una exigencia física adicional.
De los nueve equipos participantes en el maratón, dos estuvieron integrados por socios del IAN: “Pito, mito, cuco y el pájaro moscón” y “Los avetordillos”. El primero optó por un recorrido que, partiendo de la vertiente norte de la sierra de Cantabria, la cruzara para descender a la Rioja Alavesa terminando en el Ebro. Intentaba así prospectar el máximo número de tipos de hábitats, desde bosques norteños hasta cultivos mediterráneos y sotos. El segundo explóró la periferia urbana y agraria de Vitoria, visitando también los montes cercanos. Para ellos, el punto fuerte era el humedal de Salburua con su diversidad de ambientes y de aves acuáticas.
Los resultados globales de la segunda edición del maratón se han publicado en http://www.turismo.navarra.es/esp/propuestas/observacion-aves/. La representación del IAN puede considerarse sumamente digna, ya que “Pito, mito y compañía” obtuvieron el segundo mejor registro, con 99 especies, a sólo una especie de diferencia de los ganadores absolutos, “Los tres mosquiteros”. Mientras, “Los avetordillos” alcanzaron el tercero, con 94, proclamándose además ganadores de la categoría “sostenible”, ya que tampoco usaron vehículos para desplazarse desde sus domicilios hasta el inicio de su itinerario.
El anecdotario de estos maratones es jugoso, porque la convivencia estrecha durante tantas horas entre los participantes, los inconvenientes que surgen en el camino y los altibajos emocionales provocan situaciones que -posteriormente, eso sí- se recuerdan con agrado. Hundirse en el fango, caerse al río, detectar una especie por sus excrementos o anotarla cuando ya se había perdido la esperanza son “alegrías” que se guardan en la mochila de cada equipo.
¡Que tiemblen “Los tres mosquiteros”! En la tercera edición les vamos a desplumar.
José María Fernández García