Y cuando colocamos el telescopio para ver aves, lo primero que nos llama la atención son los gigantescos cisnes. El grupo es muy numeroso (por lo visto el censo de este año, según nos han dicho después en el centro de interpretación, es de 35). Es llamativo el número de pollos de todas las especies acuáticas, sobre todo de ánade real y porrón europeo. ¡Da gusto ver como una nueva generación se abre paso!

Nos acercamos al centro de interpretación para refrescarnos un poco porque, aunque corre brisa, la temperatura es muy alta. Justo antes de entrar, se nos une Eva ¡Ya somos 10! Allí hablamos con la monitora del centro, Itxaso, que nos atiende muy amablemente. Le comentamos que somos del IAN y ella nos dice que conoce el instituto porque estuvo en el Simposio que organizamos el año pasado sobre la Fauna Urbana. ¡Qué ilusión nos hace! Nos sobrevuela un aguilucho lagunero que nos hace ponernos otra vez en marcha.

Bordeamos de nuevo la laguna, esta vez por la derecha, y nos acercamos un poco más a los cisnes. Allí podemos ver que llevan arropados unos cuantos juveniles… los patitos feos… no podemos evitar acordarnos del cuento…

Continuamos un poco más adelante hasta la colonia de abejarucos. El calor aprieta. Vemos un joven volantón que espera ser alimentado por sus padres.