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Revisitando el Parque de Arriaga, nuevas lecciones de jardinería Urbana

 

El día seis de mayo varios socios del IAN pudimos disfrutar de una agradable mañana soleada en el Parque de Arriaga mientras aprendíamos más de sus habitantes foliosos de la mano de Gonzalo Lope Gorrotxategi.
 
 
En primer lugar quiso transmitirnos las diversas funciones y valores del arbolado urbano, algunas veces poco entendidas y apreciadas por los ciudadanos. Desde estas virtudes generales pasamos a las particulares del Parque de Arriaga, donde Gonzalo nos ha enseñado a apreciar su muy atinado diseño bajo la influencia de la jardinería paisajística inglesa, en la que árboles y relieves de suaves ondulaciones intentan, mediante su imitación del medio natural, atraer al ciudadano deseoso de desconectar del ambiente urbano.
 
Después hemos aprendido y repasado distintos conceptos botánicos relacionados con las flores y hojas para ayudarnos a distinguir, mediante distintos detalles morfológicos, géneros y especies de habitual confusión, como: entre arces y plátanos, tilos y catalpas, o las especies Laurus nobilis y Prunus laurocerasus.
 
En esta visita guiada también hemos podido conocer mejor distintas especies tanto autóctonas (Quercus robur, Acer campestre y monspessulanum, Populus alba y nigra, Fagus sylvatica, Prunus spinosa, Taxus baccata…) como alóctonas (Robinia pseudoacacia, Gleditsia triacanthos, Cercis siliquastrum, Ginkgo biloba, Sequoiadendron giganteum ysempervirens, Liriodendron tulipifera…) mientras se nos explicaba distintas curiosidades respecto a la disposición de las flores, el desarrollo de las raíces y su problemática en el entorno urbano, los crecimientos en flechado y las podas más o menos afortunadas, o ciertas rebeldías de la naturaleza por no tender hacia los injertos frustrados del jardinero.
 
En definitiva, ésta ha sido otra oportunidad para aprender más secretos de la naturaleza, esta vez en un entorno más humanizado pero no por ello menos valioso.

Texto: Mónica Ladrón de Guevara
Fotos: Félix Garaikoetxea y Teresa Ruipérez

En busca del narciso perdido

Un año más vengo a relatar la salida más temprana del Herbario, como siempre, en busca de narcisos. Este año solo nos animamos Pello y yo mismo, pero parecíamos varios más, por las ganas e ilusión que llevábamos

Sábado 24-02 2017

Narcissus x susannae

Salimos a las 5 de la mañana y, después de un buen desayuno en nuestra panadería de referencia en Boceguillas (Segovia), llegamos a las 8,30  a nuestro primer destino, El Vellón, en las faldas de la Sierra Norte de Madrid. Cercano al pueblo y, en unas praderas cubiertas de canchos con N.cantabricus, empezamos la faena fotográfica.
Cuando vimos por alli el N. pallidulus, supimos que teníamos cerca el N. x susannae que andábamos buscando y allá lo vimos y las pruebas aportamos.

Como íbamos apretados de tiempo, fuimos hacia Colmenar Viejo y,  ya dentro del parque natural de la Cuenca Alta del Manzanares, con preciosas vistas a las cumbres nevadas de Navacerrada intentamos localizar el N . x  susannae. No lo vimos, pero el paisaje era espectacular, que diria el esquivo José Ramón.

Cumbres nevadas de Navacerrada

Ya hacia mediodía llegamos a San Román de los Montes (Toledo) y cerca de la urbanización Serranillos Playa, comimos al estilo campestre, en el suelo y saboreando un queso de cabra de Rota, que nos dio renovadas fuerzas. Dando muchos rodeos y acompañados del gruir de cientos de grullas que pasaban en formación de uve hacia el norte, vimos el N. x barrae (N. bulbocodium x N. cantabricus).

Narcissus x barrae

Con el tiempo en los talones, tuvimos tiempo de parar en Navas de Estena, después de atravesar Cabañeros, para intentar ver el N. x hervasii, pero ya anochecía y aceleramos para llegar a Puertollano a las 8,30. Estupenda cena y de postre, pan de Calatrava, para honrar a la comarca.

Domingo 25-02-2017

Madrugamos y, después de un buen desayuno de café y pan con aceite, fuimos al encuentro de Juan Luis Hervás, de Vilches (Jaén), con el que habíamos quedado, como experto en narcisos y en la zona. Cerca del lugar de la cita y en la ribera del Jándula, después de diversas peripecias saltando vallas, en una preciosa ladera cubierta de narcisos, vimos el N. x barrae y el N. x susannae.Tambien vimos el N.jonquilla, pero estaba en botón.

Narcissus x incurvucervicus

Siguiendo la marcha y, al lado de la carretera a Mestanza, nos indicó Juan Luis que el año pasado había visto el N.jonquilla en unos prado de arroyos y pastos con jaras y encinas, lugar que parecía poco propicio para esta especie. Lo localizamos, asi como el N.  fernandesii y el N. x incurvucervicus, cosa que sorprendió al propio Juan Luis.

Rápidamente y en la carretera de Mestanza a Huertezuelas, en un precioso roquedo rodeado de pinos cultivados, vimos el N.hedreantus ssp. luteolentus, N. x cazorlanus nothossp.montielanus, N.rupicola y N.triandrus ssp.pallidulus.

 

N.hedreantus ssp. luteolentus

Como íbamos ya apurados de tiempo, recogimos varios especímenes para el estudio que estamos realizando y sin más salimos hacia Viso del Marqués, donde paramos a echar unas cañas y a despedirnos de Juan Luis, que nos sorprendió gratamente con un regalo, aceite de oliva de su propia cosecha en el monte Jarabancil., de entrañable recuerdo para nosotros.

Carretera y ya no paramos hasta Boceguillas, donde hicimos una merienda cena y a las 11 en casita, más contentos que unas pascuas por lo narcisos recogidos,  por los paisajes imborrables, por los nuevos amigos y, ¡qué leches! por lo que disfrutamos viajando juntos.
Un año más lo hemos pasado estupendamente y solo echamos de menos a todos los compañeros y compañeras del Herbario y un poco más de tiempo para explorar estos extraordinarios paisajes que no nos cansamos de visitar.

Texto: Juan Pedro Solís

VI Asamblea del Herbario Digital Xabier de Aritzaga (HDXA)

“Cada día deberíamos  regresar al hogar de lejos, de aventuras, peligros y descubrimientos, con experiencias nuevas y el carácter renovado Henry David Thoreau,  “Walden”

El día 29 de enero nos reunimos en Oñati los amigos y simpatizantes del Herbario Digital Xavier de Arizaga.

La organización corría a cargo de Oñatiko Naturzaliak,  cuya cabeza visible, Iker Novoa, nos preparó una salida extraordinaria en un día que resultó templado y agradable.
Desde Sestao, acudieron Javier Elorza, Santi Patino, Jabi Balentzia, Edu Miguel, Eneko Díaz y Begoña Zorrakin.  Desde Iruña Xabi Egurcegi, desde Zumaia Aitor Leiza, desde Gasteiz Antonio González, Juan Pedro Solís, Jose Ramón López Retamero, Pello Urrutia y Carolina Larrosa. En Oñati nos esperaban Iker Novoa, Haizea Agirre, Izaskun Urizabel, Ibai Ugarte, José Ruiz, Jon Ugarte.

 

Nos llevaron a explorar el barranco de Jatarube sobre el río Artixa y su precioso bosque de ribera. Como nos explicó  Iker Novoa, es un barranco en zona cantábrica, pero con mucha influencia mediterránea.  El paseo fue muy interesante y de gran belleza y  comenzó tras pasar un puente de vértigo sobre el río siguiendo un canal de agua elevado, que construyeron los alemanes para la central eléctrica que se levantó allí mismo.
Desde el primer momento nos iban señalando todas la cosas interesantes,  un crisálida sobre una planta de Arabis turrita nada más comenzar el recorrido hasta los madroños y enebros en el barranco con zarzaparrilla trepando por los pinos.  Había aún algunos  castaños con los que en el pasado se hacían cestos hasta que una enfermedad producida por hongos en el siglo XIX acabó con la mayor parte, ya que la trasmitían rápidamente las herramientas para cortar las ramas, mientras que en León y Galicia utilizaban sólo las castañas y la infección allí no resultó tan devastadora. Pello también nos explicó las características del paisaje y la vegetación del barranco.

Tras llegar a Urrexola y su peculiar balneario, llegó el momento de ascender hacia un pico de roca caliza para ver la cueva de Aitzulo, la más espectacular de las muchas que hay por la zona.Nos dividimos porque  era una subida fuerte y había planes alternativos.  Los que subieron, la mayoría, regresaron muy contentos porque el paisaje era espectacualar y en la cueva de Aitzulo, además de disfrutar de un entorno mágico, encontraron unas plantitas de Urtica membranacea, que por lo que cuenta Jabier Balentzia, botánico del grupo de Sestao, parece que se daba por extinguida en Gipuzkoa. Los últimos datos serían de hace más de 150 años en Donosti e Irún, y no se había vuelto a encontrar.

Cuatro de nosotros visitamos un barrio de Oñati, muy apartado del resto y de especial interés, el bario de Araotz, lleno de grandes caseríos y prados. Veíamos el Aloña y la sierra del Aitzgorri nevados, tras la iglesia y el frontón, y en la taberna había una reunión de los vecinos del barrio por lo que nos pidieron que estuviéramos silenciosos mientras nos tomábamos un delicioso caldo con un pan casero, ídem. Javier Elorza, también del grupo de Sestao, nos llevó a ver el caserío Elorza, con la efigie de un famoso general, mientras los alaveses contemplábamos  el otro lado de la sierras de Urquilla y Elguea por donde por lo visto eran habituales los trapicheos del contrabando.

De allí ,y ya de camino para reunirnos con los demás, visitamos como nos habían recomendado, una ermita dentro de una cueva, que nos maravilló, al lado del río y de una balsa de riego, muy cerca de donde habíamos dejado los coches. Había escaladores en la gran masa rocosa donde se encontraba la cueva  y abundaba una  compuesta en las grietas de la gran mole caliza, el Phagnalon sordidum.

En Arantzazu comimos en  el Sindika, un restaurante con grandes cristaleras sobre los montes y los barrancos que rodean a la basílica, con unas vistas espectaculares; allí pudimos comentar todo tipo de cosas, intercambiar información y disfrutar de una deliciosa y sencilla comida, de las que sientan requetebién.

Nos despedimos bajo los 14 apóstoles de Oteiza, mientras estallaba la lluvia y bajo una luz melancólica y muy vasca, pero con la mente llena de amistad y alegría y con el carácter renovado, como recomendaba Thoreau, el padre de la Ecología.

Carolina Larrosa