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ORTOPTEROIDES

El viernes 19 de septiembre se impartió en la sede del IAN una charla introductoria a los distintos órdenes de insectos ortopteroides presentes en la Península Ibérica, explicándose las principales características biológicas de las tijeretas, tejedores, cucarachas, termitas, mantis religiosas, insectos palos, grillos y saltamontes.

Al día siguiente se realizó una excursión al barranco de los Goros en Hueto Arriba para poder observar algunas especies. Los días anteriores habían sido muy lluviosos y relativamente fríos, lo que amenazaba la realización de la excursión, pero esa mañana dio tregua y, además de no llover, por momentos llegó a lucir brevemente el sol. Se detectaron un total de 17 especies de insectos ortopteroides, que se listan a continuación:

MANTIS
Mantis religiosa

GRILLOS DE MONTE
Tettigonia viridissima
Ephippiger ephippiger

GRILLOS
Gryllus campestris
Eumodicogryllus bordigalensis
Nemobius sylvestris

SALTAMONTES
Tetrix undulata
Calliptamus barbarus
Aiolopus strepens
Oedipoda caerulescens
Oedipoda caerulea
Sphingonotus caerulans
Chorthippus binotatus
Chorthippus vagans (ver foto)
Omocestus panteli
Euchorthippus elegantulus
Dociostaurus jagoi

De las dos especies de grillos de monte sólo pudieron oírse brevemente sus cantos en la cima de los árboles. También pudieron escucharse Nemobius sylvestris y Chorthippus vagans. De los grillos Gryllus campestres y Eumodicogryllus bordigalensis se encontraron ninfas refugiadas bajo las piedras.

Texto y foto: Miguel Ángel Domingo

Visita a Korrosparri

El día 25 de de octubre, aceptando la invitación cursada por la plataforma contraria a la presa de Korrosparri (en Galarreta y Zalduondo), miembros y simpatizantes del Instituto nos acercamos a este lugar. Las cerca de 20 personas que nos reunimos, escuchamos de boca de Imanol Amundarain las características del proyecto. Pudimos gozar de las tonalidades de un paisaje calificado de sobresaliente, descubrimos excelentes ejemplares de robles centenarios (Q. pyrenaica y Q. petraea), reconocimos una docena de especies de hongos y setas.

 

Disfrutamos con ello, pero también pudimos darnos cuenta de las dimensiones del proyecto, de la existencia de rocas carbonatadas en el suelo de la presa, del caudal del arroyo Estibarri,… Por su parte, los miembros del Instituto reafirmaron la decisión del IAN en seguir al tanto del proceso, conocer mejor este espacio y estudiar la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) cuando esté presente. La salida finalizó con un estupendo almuerzo preparado por Sara y compañía.

Texto: Jaime Ortíz de Urbina
Fotos: Antonio González

Ultimas salidas del Herbario digital

El último domingo de septiembre terminaron las salidas de campo del grupo que realiza el Herbario digital con una visita a la ría de Gernika con un tiempo magnífico y capitaneados por Pello Urrutia. En las marismas y arenales de San Cristóbal, en Busturia, los mosquitos picaron fuerte mientras observábamos distintos Limonium, como el binervosum y el vulgare, identificábamos juncos, y aprendíamos a distinguir la Salicornia de la Sarcoconia fructicosa. El arbusto bajo y común de la zona, Halimione portulacoides también fue admirado y aprendido, junto al Aster tripolium, la Suaeda marítima y la planta rastrera Salsola kali, que se desprende cuando se seca para rodar por los descampados como estrategia de propagación. Luego nos desplazamos al cabo Matxitxako, donde la búsqueda de la Armeria euscadiensis dió sus frutos.

Terminamos en Bakio y cerca de Armintza explorando numerosos caminos abandonados que conducían al mar, observando y fotografíando gran cantidad de plantas y descubriendo las ubicuas hierbas de la Pampa en grandes cantidades por toda la costa. Una mejor gestión del paisaje para evitar situaciones como ésta parece ser la vía correcta.

Sin duda, un broche de oro, con mar y sol, para una actividad de recogida de fotos de plantas de distintos hábitats, que se ha prolongado desde la primavera hasta el final del verano. La primera salida nos condujo a Fontecha, a orillas del río Ebro y al lago de Arreo, con grandes hallazgos de flora en su mejor momento, que ya se comentaron en su día. Le siguió una salida a tierras riojanas, a Alfaro y al Carrascal de Villarroya, este último, un lugar curioso de llanura y yesos, propio de zonas abiertas, áridas y salinas. Dirigió allí el riojano Diego.

La tercera salida nos llevó al monte Costalera desde el pueblo de Nazar, en Navarra, donde vivimos aventuras varias, especialmente un descenso memorable e inolvidable, como lo fue la jornada botánica, observando plantas que sólo se dan a más de mil metros, rodeados de algunos curiosa Centaurea lagascana, amarillas y acaules, cuando nos sentamos a comer sobre un barranco, el Aster alpinus, que es morado, la preciosa Arenaria montana y gran variedad de plantas de rocalla. En los crestones calizos aparecía la Paronychia kapela y en los pastos pedregosos fotografíamos y discutimos cantidades notables de plantas, usando las claves e identificando especies. Incluso, al fin de la jornada, Pello nos llevó a dar un paseo circular desde el pueblo de Otiñano donde aprendimos, entre otras cosas, a distinguir entre dos especies de Verbascum, que aún estaban en flor.

A caballo entre julio y agosto transcurrió la anteúltima salida, de tres días, a los Pirineos de Huesca, donde disfrutamos muchísimo y nos hizo un tiempo muy agradable, tormenta incluida cuando ya bajábamos al atardecer del segundo día el inolvidable Acherito. Nos alojamos en el albergue de Siresa, donde se comía y bebía casero y riquísimo, y estuvimos muy a gusto. Desde allí exploramos, pasando la selva de Oza y con vistas a Peña Forca, en una ascensión memorable, de casi toda la jornada, por el barranco de Acherito hasta llegar al precioso lago azul turquesa donde comimos: el Ibón de Acherito, como una gema en el barranco. Disfrutamos muchísimo por el camino, según ascendíamos, viendo cambiar la flora según ganábamos altura. El liquen geográfico nos indicó en su momento que habíamos cambiado a suelo ácido. La hierba algodonera, Eriophorum latifolium, a mitad de ladera y entre regatos, nos entretuvo mucho, con la cara pegada al suelo, así como los innumerables Iris latifolia, azules, que poblaban las alturas. La Primula farinosa, blanca, y el Hypericum ritcheri hicieron nuestras delicias también. Más arriba, sobre el Ibón, empezaron a aparecer plantas aún más raras como la Armeria pubinervis, Salix pyrenaica, el Rhododendrum ferrugineum y dos tipos de arándano al lado uno de otro: Vacinium uliginosum y mirtillus. También vimos y fotografiamos la Rosa pendulina, la Silene ciliata y el Trifolium alpinum entre otras muchas. El extraño Hinojo de oro, Meum athamanticum, lo encontramos en lo más alto, así como el cebollino común y una umbelífera muy bonita: Bupleurum angulosum. Antes de iniciar el empinado descenso apareció una gencianacea curiosa, la Swertia perennis.

La última jornada nos condujo al hayedo-abetal de la selva de Oza, primero, y luego a Aguas Tuertas. Pello nos enseñó lo que es una megaforbia, esas formaciones de grandes hierbas nutridas por el arroyo omnipresente. No nos privamos tampoco de inmortalizar la amapola amarilla de la zona, Meconopsis cambrica, que no faltó a lo largo de toda la jornada. Rematamos la faena con un dolmen de 5.000 años de antigüedad pero antes de Cristo. Eso sí: era enano. Por allí cerca, apareció, por fin, la Sempervivum arachnoideum formando curiosas almohadillas en las rocas, y la Saxifraga paniculata, que también se dejó fotografiar.

Va a ser difícil superar el buen tiempo, ambiente y disfrute de esta temporada magnífica haciendo un herbario digital, una gran gozada y un viaje fascinante por casi todas las alturas y ecosistemas a nuestros alance, que nos han revelado alguno de sus misterios.

Aún nos queda, ahora, mucho trabajo y disfrute para poner toda la información en forma de Herbario digital. En ello estamos.

Texto y fotos Carolina Larrrosa