En la cuarta parada, llegamos hasta la laguna de Carravalseca, a los pies de Laguardia, donde nos explicaron el sistema de las lagunas endorreicas y de las plantas halófilas, como la Salicornia, que ya empezaba a enrojecer.

Con amenaza de lluvia, rayos y truenos, llegamos hasta Lapuebla de Labarca. La intención original era comer en la ribera del Ebro, recorrer los sotos del río y llegar hasta el pueblo por lo alto de sus taludes caldeados, con la Ephedra fragilis y la Globularia alypum, como curiosidades de la zona, pero la tormenta descargó con fuerza y nos vimos obligados a comer en los soportales del ayuntamiento. Después de comer, nos refugiamos en los bares del pueblo para ver la evolución del tiempo.