Día de las aves 2007

El fin de semana del 6 y 7 de octubre se celebraba, en todo el mundo y bajo los auspicios de BirdLife International, el Día de las Aves, un evento de carácter anual que pretende llamar la atención de los ciudadanos sobre los problemas de conservación de la biodiversidad en general y de las aves en particular, así como extender la afición a la observación de aves. Pues bien, como desde hace casi 15 años, el IAN no faltó a la cita y programó para el domingo 7 una travesía marina a borde de la goleta Cantabria Infinita, con la inestimable colaboración de SEO-Cantabria.
Esta entidad gestiona, por encargo del Gobierno de Cantabria, un programa de avistamiento de aves marinas partiendo de la bahía de Santander. Hasta allí nos acercamos un grupo de 24 amigos del IAN, y zarpamos rumbo norte en una mañana con viento en calma y apenas oleaje. Esta circunstancia presagiaba una singladura cómoda y sin mareos, pero por el contrario dificultaría la detección de aves migratorias ya que éstas prefieren desplazar sus rutas hacia mar abierto.
A la salida de la bahía pudimos contemplar charranes patinegros, alguna gaviota cabecinegra y las concentraciones de gaviotas patiamarillas y sombrías, cormoranes moñudos y grandes que ocupaban el islote Mouro y aprovechan los acantilados rocosos inaccesibles y las zonas con vegetación para el reposo y la nidificación. Ya en mar abierto, aunque finalmente el flujo de migración no fue de los más intensos, sí nos permitió disfrutar con págalos grandes, pardelas sombrías y baleares, y alcatraces en diversos plumajes. Éstos últimos, atraídos por los cebos lanzados desde el barco, nos obsequiaron con espectaculares zambullidas.

Varios ejemplares de bisbita común, quizá exhaustos en un viaje que podría hacerles atravesar un largo brazo de mar, buscaron un momento de reposo en el barco. Y por último, pudimos avistar un pequeño grupo de delfines mulares.

Culminada la singladura marina, aun tuvo el grupo fuerzas para visitar la marisma de Alday, un humedal periurbano en vías de recuperación gracias al impulso de la Fundación Naturaleza y Hombre. Esta pequeña marisma es, por ejemplo, el único punto de la cornisa cantábrica donde se ha mencionado recientemente la cría del escribano palustre, y durante nuestra visita hicimos buenas observaciones de aves acuáticas (cercetas, azulones, frisos, cucharas, porrones comunes, garzas reales, garcillas bueyeras, gallinetas e incluso un cisne cantor). Un buen colofón en una jornada ornitológica diferente para todos los que vivimos “tierra adentro”.

José María Fernández
Fotos: Nerea Ruiz de Azua

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