Al llegar a nuestro destino y tras una pendiente prolongada ya empezamos a avistar algún ejemplar en el borde del camino, en las encinas no encontramos demasiadas especies, ya que aún es pronto para ver las que solemos encontrar en otras ocasiones, en cambio al entrar en el pinar los Craterellus lutescens captaron toda nuestra atención dándonos algo de trabajo en su recolección.
Según avanzaba la mañana y a salvo de las precipitaciones, Pedro y yo fuimos explicando a los asistentes las diferencias morfológicas y organolépticas de las distintas especies, que la naturaleza nos ofrecía con amabilidad, el ojo de águila de Pedro avistó el minúsculo Auriscalpiun vulgare que fue la estrella de la mañana junto con la Humaria hemisphaerica que encontró Antonio y que nos asombró por su singular belleza.
Fue avanzando la mañana sin apenas lluvia, incluso nuestro amigo Lorenzo se atrevió a templarnos con sus rayos y como siempre buscamos un lugar para almorzar, donde compartimos viandas, comentamos como iba la jornada y nos conocimos un poco más.
A lo largo del día fuimos recorriendo el inmenso pinar, viendo las especies que íbamos encontrando e intentando clasificar y fotografiar los ejemplares más complicados.
Sobre las 14 horas y con pena, nos dirigimos hacia los coches para retornar cada uno a su hogar, con la satisfacción del deber cumplido y pensando en la siguiente actividad.
Un saludo por parte de Pedro y Alfonso y agradecer a los participantes el interés dedicado.
Participantes por orden alfabético:
Alfonso, Amaia, Antonio, Begoña, Iván de la Hera, Iván Pínchel, Jose Luís, Juan Carlos, Juan Pedro, Mari Jose y Pedro .