IZKI NATURALEZA Y CULTURA 2

Tras la parada seguimos ruta con la enorme antena del radar meteorológico de Kapildui en nuestra vista, siguiendo siempre hacia el Norte. Había transcurrido poco tiempo desde la pausa en Beolarra cuando, avisados por Javi, pudimos ver la silueta de un ave enorme posada en la rama de un tronco viejo o quemado. Prismáticos al rostro para echar un vistazo… ”No parece buitre…”…”¡Es el águila real!”. En efecto, la reina de las aves se mostraba tranquila y confiada vigilando su reino, posada y no demasiado lejos de nosotros. Los prismáticos nos permitieron disfrutarla a gusto. La verdad es que fue un momento mágico, algo que no sucede todas las salidas ni mucho menos pero que, precisamente por eso, impulsa aún más a seguir visitando la Naturaleza.

Con la sonrisa fácil y permanente gracias a nuestra arrano beltza seguimos ascendiendo poco a poco hacia el límite donde comienza el Parque Natural de Izki en esta vertiente, sobre el precioso barranco del Molino. El río Ayuda, vertebrador de casi todo el Condado de Treviño, discurre al fondo del barranco en sus primeros metros de travesía hacia el Mediterráneo. Los buitres volaban altos en el cielo e incluso pudimos disfrutar de un vuelo alto de azor, remontando alguna corriente.

Era el lugar y momento idóneo para el hamaiketako y para hablar de otros aspectos relevantes de Izki, relativos a la relación ancestral entre sus habitantes humanos y el medio natural.

Hablamos de las Comunidades de Irazagorria y Ezkerran, de las Ordenanzas que regían el uso público y sostenible del monte, de los alcaldes montaneros, del arraigo que tenía en esta zona el sentimiento de lo comunal, algo que hoy día parece ir diluyéndose paulatina pero inexorablemente.