Dentro del marco de colaboración que hemos inaugurado este año con la Casa de la Cultura (4 talleres) se desarrolló el sábado 22 de octubre un taller dirigido a niños de 6-12 años para disfrutar de los árboles de La Florida.
Participaron unos 14 niños/as pero, como sus padres también se sintieron atraídos por el tema, al final creo que sobrepasábamos las 20 personas. Nos juntamos en la Biblioteca Juvenil, en la primera planta, que había sido preparada con antelación, con mesas corridas, libros sobre los árboles de este parque y medios digitales. También habilitaron un pequeño apartado en la biblioteca con libros relacionados con temas de naturaleza.
Realizamos un paseo para acercarnos a varios de los ejemplares más señalados del parque, y como era otoño, tuvimos ocasión de contemplar numerosos tipos de frutos. Nada más salir nos paramos en el fresno de la entrada para señalar los órganos y partes del árbol en que debíamos fijarnos para diferenciarlos.
A continuación nos acercamos a un imponente Liriodendro para observarlo con calma, tocarlo y reflexionar sobre las características de estos imponentes seres: seres vivos, no mobiliario urbano, que respiran, que hacen la fotosíntesis, que se reproducen sexual y asexualmente, que alcanzan desarrollos y longevidades sorprendentes, que nos ofrecen mucho…..
Una vez establecida esta base sobre los árboles, pasamos a observar distintas especies: Laurel de Portugal, tejos, pinsapos, abetos rojos, catalpas, cedros, sicómoros, tilos, nogales americanos, ginkgos…etc. Por el camino cogimos unas pequeñas muestras que llevamos para el trabajo en el taller.
Tras reflexionar sobre los parecidos y diferencias entre los zoológicos y estos parques, nos dirigimos de nuevo a la Casa de la Cultura para montar sobre cartulinas las muestras recogidas, consultar la bibliografía y añadirles a las láminas una etiqueta con su nombre científico, reseñando la importancia de éste. Mi idea inicial es que montaran una lámina y al menos se quedase con un nombre propio, pero desbordados de entusiasmo, para muchos no fue suficiente.
Un gran éxito, pues los niños no engañan y, lejos de aburrirse, disfrutaron y, tras romper la timidez inicial se lanzaron al placer de conocer y descubrir. Los padres y madres también disfrutaron y yo… no fui menos.
Valoramos la experiencia como altamente positiva, repetible para todo tipo de públicos y muy agradable y sencilla de organizar dada la gran disposición a colaborar del amable personal de la Casa de la Cultura, encabezado por Jon Etxaide, que fue nuestro contacto y coordinador.
El lunes 24 de octubre, volvimos a la Casa de la Cultura. Esta vez invitados para unos talleres muy interesantes para coordinar el papel de las bibliotecas (acudieron bibliotecarios de Euskadi) y su papel en el cumplimiento de los ODS. Se expusieron numerosísimas y muy interesantes actividades que desde las bibliotecas se están realizando y que trascienden con mucho al papel de las bibliotecas como almacenes de libros. Desde las asociaciones civiles aportamos algunas ideas para seguir colaborando en el futuro.
Las dos ideas principales con las que me quedé y que comparto absolutamente son la de crear redes y sinergias entre los distintos organismos de la sociedad civil y las bibliotecas y la de convertir estos espacios en lugares abiertos a la libertad, la cultura y la colaboración.