Recorrido botánico didáctico por las Comarcas Mediterráneas

 

El domingo 13 de mayo 48 personas tomaron parte en el Recorrido botánico didáctico por las comarcas mediterraneas. Guiado por Pello Urrutia pudimos conocer diferentes ámbitos forestales y sus especies más características.
El Alto de Arana nos mostraba unos perfectos ejemplos de las series de degradación del quejigal, y que finalizaban en unas marcadas cárcavas fruto de prácticas agrícolas y forestales totalmente inadecuadas. En este entorno se mostraban dominantes los junquillos o la gayuba, pero el lino blanco Linum apressum, la Genista occidentalis o la Thymelaea ruizii se dejaban ver en abundancia.
Las cumbres de sierra Cantabria dominadas por el hayedo fueron una obligada parada antes de descender a la Rioja mediterranea. Por unos momentos nos sumergimos en su sombra y su hojarasca salpicada de especies en sus últimos momentos de floración (Viola riviniana, Luzula sylvatica, Anemona nemorosa, Vaccinium myrtillus,..).
Pudimos descubrir en Navaridas la mejor representación de la otrora vegetación dominante en Rioja Alavesa y hoy casi desaparecida. El encinar aparece aquí con un diverso y vistoso cortejo de plantas . La carrasquilla, el tomillo, el romero, la oreja de liebre, Erica scoparia, Lithodora fruticosa,… y decenas de plantas más con preciosos colores y adornadas con llamativas orquídeas Ophrys speculum y O. lutea se apoderaron de la atención de los participantes.
Tras la comida en Lapuebla de Labarca amenizada por una poco aplaudida orquesta de bailables, nos aventuramos a las paredes caldeadas del Ebro, para ver una reliquia botánica tal como la Ephedra fragilis. El paseo por el bosque de ribera del Ebro nos devolvió la mirada hacia la vegetación arborea, donde se alternan más de una docena de arboles y arbustos. Las cascajeras del Ebro fueron repasadas también por Pello, quien nos descubrió media docena de singulares plantas de este lugar. Es penoso que semejante bosque sea escenario de actividades tan prescindibles como el paint ball.

 

La foto de la jornada se realizó en la milenaria, dicen, encina de Assa.
No nos podíamos marchar de Rioja sin visitar el pinar de Dueñas, en Labraza. Este extenso pinar de P. halepensis comparte el cortejo florístico del encinar, por lo que sirvió de “examen” final a los participantes. Examen que culinó con un aprobado general. Desde el puerto de Lapoblación echamos un último vistazo a Rioja Alavesa y plasmamos sobre el cuaderno el esquema de la vegetación que habíamos recorrido.
Un bonito día, una vegetación esplendorosa y una agradable compañía, ¿qué más pedir?

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