Si los árboles hablaran…

El 5 de julio Gorka Belamendi nos acercó al bosque de Entzia ubicado en la ladera de Munain, Ocáriz y Vicuña: un lugar privilegiado que se extiende a lo largo de un desnivel de 300 metros.

En este depósito de coluviales antiguos perteneciente al cuaternario encontramos árboles centenarios que allí habitan: robles (Quercus robur), quejigos (Q. faginea), híbridos entre ambos y hayas (Fagus sylvatica), así como arces (Acer campestre) y espinos (Crataegus spp). Alguno de ellos nos mostró en su tronco vestigios de agresión humana a pesar de su singular importancia por servir de refugio a especies, tanto vegetales como animales, que encuentran en este espacio su medio de vida.

¿Qué serían capaces de contarnos estos seres majestuosos que han permanecido vigilantes al paso del tiempo y que se han ido nutriendo de historia hasta llegar a un diámetro de incluso dos metros?

Elena Padilla

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