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OBARENES, SEGUNDA PARTE

Con motivo del Día de las Aves, evento promocionado por BirdLife International y celebrado en todo el mundo, ocho temerarios socios del IAN realizamos una visita al monte Humión, el más alto de la sierra de Obarenes con sus 1.435 m. El objetivo era observar aves de media montaña, características del piso supraforestal, allí donde el bosque deja paso a los matorrales y pastizales petranos. La innivación, el diente del ganado y las esporádicas quemas limitan hoy por hoy el asentamiento de los árboles por encima de los 1.200 m, aunque en algunos sectores –especialmente los orientados al N- los frugales pinos silvestres van subiendo poco a poco, como tenaces alpinistas a cámara lenta.

El caso es que desde las cimas de Obarenes, la Biogeografía deja de ser una disciplina difusa para cobrar vida. Los Pirineos en la lejanía hacia el este, la Cantábrica hacia poniente, y las modestas Tesla, Obarenes y Cantabria a modo de puente y corredor entre aquellos grandes refugios faunísticos. Casi puede uno imaginar al quebrantahuesos volando del uno al otro confín de este norte ibérico, prospectando camperas con ganado y rincones acantilados donde sus antepasados, aquellos que José Antonio Valverde todavía alcanzó a registrar en Pancorbo en los años 50 del siglo XX, nidificaban secularmente antes de su triste desaparición.

La nómina de aves de esta sierra es, así pues, una versión empobrecida de la que le correspondería. Falta también la perdiz pardilla, cuyo nicho ecológico ha sido ocupado por una inesperada perdiz roja montañera, que prospera en los brezales-enebrales, lejos de los cultivos de cereal que se le suponen propios, allá abajo en el llano. Lo mismo cabe decir de la alondra, a la que generalmente asociamos a las tierras agrícolas, donde padece un declive galopante. Las cumbres deforestadas son el reino de la chova piquirroja, la tarabilla común, la curruca rabilarga, el acentor común y el bisbita alpino.

En 2011 otra expedición del IAN a estos parajes tuvo que enfrentarse a las inclemencias meteorológicas. En esta ocasión las dificultades a vencer no fueron otras que el fuerte desnivel de algunos repechos, pero el Humión nos mostró una cara más amistosa. Afortunadamente, segundas partes no fueron siempre malas, y pudimos volver a casa con nuevos paisajes en la retina, algunos conocimientos para la experiencia, y cuestiones sobre especies, comunidades y hábitats en la cabeza, que es lo que nos hace mejores naturalistas.

Texto y foto: José María Fernández García

Mariposas como indicadores

Finalmente, tras la suspensión en la fecha prevista por mal tiempo, el pasado domingo 16 de junio pudimos realizar la salida de “Mariposas como indicadores” por el bosque de Armentia. Fueron media docena las entomólogas que junto con el organizador se animaron a conocer un poquito más sobre estos bellos insectos, que primavera tras primavera se empeñan en colorear un mundo cada vez más gris.

Aunque el día salió casi perfecto para la observación de insectos, la primavera atípica de este año parece haber hecho mella en algunas especies, que cuanto menos, les ha supuesto cierto retraso en la aparición de los imagos o adultos. Aun así, pudimos disfrutar de la observación de varias de ellas. Cabe mencionar a Arantxa, que demostró gran destreza con la manga entomológica. Aunque también hubo bastantes lances en los que estos aparentemente despreocupados pero escurridizos voladores se burlaron de tan abnegadas naturalistas.

Lo que más pudimos observar fueron Piéridos (blancas y amarillas), Pieris brassicae, P. napi, P. rapae, Gonepteryx rhamni y sobre todo Colias croceus, sorprendiendo la gran cantidad de individuos de forma hélice. Al cabo de la marcha pudimos dar con representantes de todas las grandes familias, Satíridos (marrones); Maniola jurtina, Pararge aegeria,

Coenonympha arcania, Ninfálidos; Issoria lathonia, Licénidos (azules) Polyommatus icarus, y Papiliónidos; Iphiclides podalirius. Aunque la principal protagonista de la jornada fue un ejemplar precioso de mariposa nocturna, Phalera bucephala, poseedora de un sofisticado mimetismo de ramita rota de abedul y que posó con la profesionalidad y paciencia de la más prestigiosa topmodel.

Texto: Raul Martinez

Fotografias: Loli Cordero

NARCISOS

 El pasado 9 de febrero, a las 5 de la madrugada, partimos los socios del IAN, Jesús Mendivil, Antonio González y Juan Pedro Solís, bajo la dirección de Pello Urrutia a la caza de nuevas especies de Narcissus para completar el herbario digital. Después de un opíparo desayuno y con un tiempo casi primaveral, llegamos al coto de caza Valdelapedriza, en Piedrabuena (Ciudad Real), donde, después de convencer al guarda y de un paseo de 6 km, localizamos las especies listadas al final del texto. Al regreso nos cruzamos con una reata de ciervas y comimos con apetito bajo un pinar.

Esa misma tarde localizamos, en Puebla de Don Rodrigo el N. confusus. Después de un largo viaje y muchas curvas, pudimos descansar en el bello santuario de Nuestra Sra. de la Cabeza, patrona de Andujar, Sierra Morena y Jaen.
Ya el dia 10, en el mismo santuario, localizamos el N. cantabricus y la Gagea durieui, en todo su esplendor. Después del desayuno, y acompañados por los guardas forestales del parque natural de Lugar Nuevo-Selladores, localizamos una buena remesa de especies aquí reseñadas, con el remate de un buen almuerzo en la ribera del río Jándula.
A la tarde, y después de un largo viaje por carreteras comarcales, de pésimo firme pero estupendo paisaje, nos cruzamos con una gran manada de ciervos con una preciosa cornamenta. Ya en el monte Jarabancil, de Vilches, después de mucho buscar, y con gran emoción, encontramos “un caso de libro”, como decía Pello, el híbrido N. x tuckeri (N. fernandesii x N. hedraeanthus). Ya atardeciendo, partimos sin pausa hasta San Lorenzo del Escorial, donde, después de un viaje con muchas adversidades climatológicas, pudimos descansar en el estupendo albergue juvenil, lo que nos rejuveneció al instante.
El día 11 amaneció todo nevado, lo que nos hizo temer un mal viaje, pero en Vegas del Matute (Segovia), nos sonrió de nuevo la fortuna y el olfato botánico de Pello y localizamos el N. cantabricus. Ya al atardecer, y bajo un frío intenso, dimos una vuelta por el monte Peña Cuerno, en Pradales (Burgos) para preparar una próxima salida. Después de 1700 km y muchos bellos paisajes en la retina y en el corazón, llegamos a casa con ganas de repetir la experiencia.



Registro botánico:
Día 9/02/2013

Piedrabuena (CR): finca Valdemarcos, arroyo Valdelapedriza, encinares-jarales silicícolas sobre cuarcitas
Narcissus bulbocodium ssp. bulbocodium
N. triandrus ssp. pallidulus
N. x rozeirae (Narcissus bulbocodium ssp. bulbocodium x N. triandrus ssp. pallidulus) (en la foto adjunta con sus parentales)
 
Puebla de Don Rodrigo (CR): Fuente de la Garganta del Buen Agua, arroyos en claros de encinar silicícola
N. confusus
Día 10/02/2013

Andújar (J): Sª de Andújar, Santuario de Nª Sra. de La Cabeza
N. cantabricus
Gagea durieui

Andújar (J): Sª de Andújar, Lugar Nuevo, El Coscojar, plantaciones de Pinus pinea, arenas cuarcíticas.
N. fernandesii
N. triandrus ssp. pallidulus
N. x incurvicervicus(N. fernandesii x N. triandrus ssp. pallidulus)
N. bulbocodium ssp. bulbocodium
N. x abilioi (N. fernandesii x bulbocodium ssp. bulbocodium)
Astragalus lusitanicus(garbanzuelo)

Vilches (J): Monte Jarabancil, coscojar-lentiscar
N. fernandesii
N. hedraeanthus
N. x tuckeri (N. fernandesii x N. hedraeanthus)
Día 11/02/2013

Vegas de Matute (Sg), Peña La Colmena, repisas en claros de carrascal calcícola
N. cantabricus


Texto y fotografías: Juan Pedro Solís