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CURSILLO DE IDENTIFICACIÓN DE CANTOS DE AVES

El sábado día 28 de mayo tuvo lugar este minicursillo, consistente en una salida al monte Aratz en la que atravesamos diversos hábitats atentos a las voces de las diferentes especies de aves que los habitan.

La cita fue a las 8 de la mañana en el seminario, desde donde un grupo de trece personas nos dirigimos a Araia. Junto a la antigua fábrica de Ajuria comenzamos a andar a través de los magníficos quejigales que cubren la parte inferior de las laderas de la sierra de Altzania. Árboles viejos y buen desarrollo del matorral posibilitan que estos bosques alberguen una notable diversidad de aves. Las currucas capirotadas, los mirlos, los mosquiteros ibérico y papialbo, el chochín y el petirrojo están entre las más comunes, y a explicar en qué debemos fijarnos para identificar sus cantos y reclamos dedicamos buena parte de la mañana. Ladera arriba, al entrar en el hayedo el número de especies de aves decrece súbitamente y en este bosque –sombrío y sin apenas matorral– apenas se escuchan en estas fechas algunos pinzones y petirrojos.

Salimos a terreno abierto en las campas de la majada de Azkasaroi, donde aparecen las primeras especies propias de pastizales montanos: bisbita alpino, colirrojo tizón y pardillo común. Es hora en cualquier caso de almorzar y a ello nos ponemos a la sombra de las paredes de la famosa cabaña del Tuerto, en el extremo norte de Azkasaroi. Nos queda por subir el último tramo hasta la cima del Aratz, casi 300 m más arriba. Con el sonido de fondo de los cantos de los bisbitas alpinos y los reclamos de las chovas piquigualdas, progresamos poco a poco por las últimas rampas previas a la cumbre, donde avistamos una pareja de acentores alpinos y buscamos en vano algún ejemplar de roquero rojo, habitantes típicos ambos de las cotas más altas de los montes vascos.

Tras comer en la cima, decidimos no repetir el camino de subida y avanzamos hacia el sureste hasta el collado de Allarte, desde el cual una pista nos lleva al pintoresco paraje del nacedero del Zirauntza, ya muy cerca de donde estaban los coches esperándonos.

Una cerveza en Araia sirvió para despedir este bonito día de monte y pájaros. Después de un primer intento en 2008 en el que la lluvia constante nos llevó a cambiar el destino por el de Salburua, y otro en 2009 en el que el viento, la lluvia y la niebla nos detuvieron a la altura de la cabaña del Tuerto, el tercer intento de hollar la cima del Aratz en un cursillo de cantos se saldó por fin con éxito y con tiempo y ambiente inmejorables.

ESPECIES REGISTRADAS  
QUEJIGAL Nº ESTACIONES (máx. 5)
Curruca capirotada;5
Mosquitero papialbo 4
Mirlo común 4
Pinzón vulgar 4
Mosquitero ibérico 2
Petirrojo 2
Zorzal común 2
Golondrina común 1
Corneja 1
Halcón peregrino 1
Milano negro 1
Aguililla calzada 1
Chochín 1
Chova piquirroja 1
Herrerillo común 1
Trepador azul 1
Acentor común 1

HAYEDO   Nº ESTACIONES (máx. 5)
Petirrojo 3
Pinzón vulgar 2
Carbonero garrapinos 2
Herrerillo capuchino 1
Carbonero común 1

PASTOS Y ROQUEDOS MONTANOS
(especies observadas)
Buitre leonado
Cuervo
Vencejo común
Chova piquirroja
Acentor alpino
Chova piquigualda
Bisbita alpino
Pardillo común
Colirrojo tizón

Otras especies
Cuco común
Reyezuelo listado
Pito real
Mito
Avión común
Agateador europeo
Bisbita arbóreo
Piquituerto común

Texto: José Antonio Gainzarain
Fotos: José Antonio Gainzarain y Bego Silva

Una nueva localidad para el Nenúfar blanco en Álava

A finales de agosto, aún podían verse unas pocas flores de nenúfar

El pasado día 3 de agosto, en el curso de una serie de muestreos dirigidos al estudio de la fauna de odonatos del parque natural de Izki y su entorno, pude localizar una nueva población de nenúfar blanco Nymphaea alba, la segunda conocida en la actualidad en la Comunidad Autónoma Vasca.

Esta especie acuática de grandes hojas flotantes y vistosas flores blancas se extiende por Europa, el norte de África y Asia occidental. En la Comunidad Autónoma Vasca existen algunas citas antiguas en Álava y Vizcaya, pero en las últimas décadas la única localidad conocida era la laguna de Olandina, cerca de Vírgala, en la Montaña Alavesa.

A unos 900 m de esta laguna se localiza una pequeña charca que ocupa una profunda zanja excavada en mitad de una finca de cultivo. Con unas dimensiones de aproximadamente 30 x 2 m, se halla rodeada de un cerrado matorral en el que dominan las zarzas Rubus sp. y los cornejos Cornus sanguinea, con algunas manchas de espadañas Typha angustifolia en las orillas.

Cuando en agosto me asomé a este modesto humedal en busca de libélulas, cuál no sería mi sorpresa al descubrir la superficie del agua cubierta por un buen tapiz de nenúfares blancos. Tras ponerme en contacto con los botánicos del IAN Pedro Uribe-Echebarría y Pello Urrutia, éstos me confirmaron que se trataba de una población desconocida hasta ahora.

Imagen de la densa vegetación que bordea la charca

A pesar de su cercanía a Olandina, el hallazgo de esta nueva localidad reviste un especial interés para la conservación del nenúfar blanco. No en vano, la rareza y extrema localización de las poblaciones de esta planta ha motivado que se aconseje su inclusión en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas en la máxima categoría de amenaza: En peligro de extinción (Uribe Echebarría, 2008). La población de Olandina se halla en regresión, ya que hasta hace pocos años se extendía por las dos cubetas en las que se divide la laguna en época de estiaje, y hoy día ocupa solamente una de ellas, posiblemente como consecuencia de la acción de dos especies alóctonas presentes en la laguna: el cangrejo rojo Procambarus clarkii y la carpa Cyprinus carpio. En la nueva localidad descubierta no se han hallado especímenes de estos animales, lo que supone una buena noticia para su futuro.

Los pequeños y desconocidos humedales del diapiro de Maestu constituyen enclaves de gran singularidad en un entorno dominado por los campos de cultivo. A pesar de ello, no gozan de ningún tipo de protección y varios de ellos han sido rellenados en los últimos tiempos. El nenúfar blanco es sólo una muestra de los destacados valores naturales que albergan, y que deberían servir para concederles la consideración social que merecen y garantizar su conservación.

José Antonio Gainzarain

REFERENCIA

URIBE-ECHEBARRÍA, P. M. 2008. Informe técnico para la inclusión de la planta vascular Nymphaea alba L. en el Catálogo vasco de especies amenazadas. Informe inédito para el Servicio de Medio Ambiente y Biodiversidad de la Diputación Foral de Álava

CURSILLO DE IDENTIFICACIÓN DE LIBÉLULAS

El pasado 11 de julio tuvo lugar el curso de identificación de libélulas, que comenzó en los locales del IAN con una sesión teórica en la que, mediante una proyección de diapositivas, se explicaron las características principales de este grupo de insectos y se mostró la diversidad de especies presentes en Álava. Asimismo, las fotografías sirvieron para practicar el manejo de las claves de identificación disponibles en el apartado de Recursos de la página web del Instituto.

Tras esta sesión, los dieciocho participantes en el cursillo, provistos de prismáticos y cazamariposas, nos dirigimos a Garaio, en el embalse de Ullibarri, con el fin de disfrutar ahora en vivo de la belleza de estos animales y practicar en su identificación. En Garaio pudimos localizar un total de ocho especies, entre las que destacó por su abundancia el caballito del diablo Enallagma cyathigerum, y por su espectacularidad la poderosa Anax parthenope.

Después de Garaio nos dirigimos al puerto de Opakua, en cuyas inmediaciones, a 1000 m de altitud, se sitúa la balsa de Iturbaz, enclavada en un hermoso paraje y con una notable riqueza de odonatos. Tras comer a la sombra de un haya, proseguimos con la materia del cursillo y para ello nos dividimos en grupos, cada uno de los cuales debía emplear las claves para elaborar un listado de las especies de libélulas y caballitos del diablo presentes en la balsa. A pesar del asfixiante calor, los equipos se emplearon a fondo, y costó convencerles de que dejaran prismáticos, cámaras de fotos y cazamariposas para poner en común los resultados. La atracción que estos insectos ejercen sobre quien empieza a conocerlos se puso claramente de manifiesto. Un total de nueve especies fueron catalogadas, entre las que Libellula quadrimaculata y Coenagrion puella resultaron las más abundantes.

Para finalizar la jornada nos encaminamos a La Leze, en busca de especies propias de ríos, y en el arroyo que sale de la cueva pudimos observar a Calopteryx virgo y Cordulegaster boltonii, las dos especies más características de los tramos altos de los ríos alaveses.

Y, como recordatorio de lo observado en esta jornada, cada participante recibió más tarde, a través del correo electrónico, un documento en pdf con las fotografías de los odonatos presentes en cada uno de los enclaves visitados. También se les envió una relación de páginas web sobre libélulas, para poner a su disposición más información acerca de estos fascinantes seres.

Texto y fotos: Josean Gainzarain